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Un dron entrega con éxito un órgano para un transplante.

Dron despegando con el órgano en una caha hermética
13 de mayo de 2019
El 19 de abril, un dron llevó un riñón del Hospital de St. Agnes en Baltimore al Centro Médico de la Universidad de Maryland. Fue un vuelo corto (unos tres kilómetros en línea recta), pero es el colofón de un proyecto muy interesante: crear un dron que no sólo sea capaz de garantizar la estabilidad del vuelo (cuenta con ocho rotores para ello), sino de mantener constantes la temperatura y la presión barométrica, controlar la altitud, contrarrestar la vibración y monitorizar constantemente la ubicación del cacharro.
La destinataria era Trina Glispy, una auxiliar de enfermería de 44 años, natural de Baltimore y con tres hijos. Llevaba ocho años en diálisis esperando un trasplante. Es cierto que la operación fue un éxito y Glispy fue dada de alta a los pocos días, pero la tensión de la espera tuvo que ser increíble.
No era la primera vez que se utilizaba, claro. Antes de este vuelo se había probado como transporte de solución salina, muestras de sangre y otros tipos de materiales médicos. Incluso, por lo que cuentan desde la Universidad, se había probado con riñones vivos, pero no viables para trasplantar.
Evidentemente esta no es la primera vez que se usa un dron para transporte sanitario, pero este se puede considerar un paso importante. Como decía, el transporte sanitario de órganos es uno de los retos constantes de la medicina moderna: pasitos como este son siempre buenas noticias.
Fuente: www.xataka.com